Enamorándome de la idea

Hacia ya voy. Junto al ejercicio mental y físico de recibir el amanecer, el nuevo día. Recibir, que ejercicio poco grato para persona como yo, que siempre se creyó autosuficiente. Mis brazos a los costados de mi cuerpo, las manos cercanas a la cadera, se abren lentamente hacia el frente, recibiendo la luz y todo lo que el día va a brindarme. Recibir y entregar.
Recibir la salida del sol en mi, disfrutar del tímido calor del sol, cerrando los ojos para dejar entrar la luz y la energía. Acá estoy, hacia allí voy.
El observar la travesía que se va a suceder en algunos días, los lugares que descubriré, las experiencias nuevas, la vivencia de hacer un viaje renovado, nuevo, con otra mentalidad. Hace que mi cuerpo este ansioso, enérgico; tranquilo el tren ya parte. La audacia, el coraje y dejar de lado la comodidad de lo conocido, por lo nuevo y fascinante de seguir buscando.
Una de mis meditaciones diarias de este tiempo:

Micael:
         Tenemos que erradicar del alma todo miedo
         y temor que el futuro pueda traer al hombre.
        Tenemos que adquirir serenidad en todos los
        sentimientos y sensaciones respecto al futuro.
        Tenemos que mirar hacia delante con absoluta
        ecuanimidad para con todo lo que pueda venir
        y sólo tenemos que pensar que todo lo que viniera nos
       será dado por una dirección mundial plena de sabiduría.
       Esto es parte de lo que tenemos que aprender en esta era:
       Saber vivir con absoluta confianza, sin ninguna seguridad
       en la existencia y con confianza en la ayuda siempre
       presente del mundo espiritual.
       En verdad, nada tendrá valor si nos falta el coraje.
       Disciplinemos nuestra voluntad y busquemos el despertar interno
       todos los días y todas las noches.
                                                                                Rudolf Steiner


Buen día