Escuela Waldorf Dandelión, Saldán, Córdoba

Soy recibido a las 20 en plena calle central de Saldan, por el Maestro Germán, maestro del cuarto grado. Hombre delgado, alto y tranquilo, realizo un post grado en pedagogía waldorf en España, trabajo allí en Catalunya. Vamos a su casa, que gentilmente la abre para mi. Ya en la calle camino a su hogar, se da el diálogo. Algo nos une profundamente, será la edad? creo que le conozco de toda la vida, quizás de otra. Su amabilidad y apertura hacia mi persona, me alegra, comodidad desde el momento de nuestro encuentro.
Desde aquí, su hogar, donde actualizo todo este viaje, desde su computadora.
Me trae el colchón, y toda la ropa para vestirla. Finalmente puedo utilizar mi bolsa de dormir, no le había usado en todo el viaje.
Cenamos y la charla aún sigue, gracias por tu confianza querido amigo, nuevo amigo. Mañana por la mañana a amanecer temprano, vamos a la escuela, yo a conocerle, él vuelve a sus niños, a su grado, a sus compañeros de trabajo.
Llueve, 7 desayuno, caminamos unas cuadras hacia una esquina donde nos pasa a buscar una de las maestras de jardin, somos varios, también Gladys se une a nosotros en aquel punto. Una camioneta se acerca, nos subimos, buen día. A los pocos minutos llegamos a la puerta. Es una casa prestada por un padre, gracias por tu aporte.

El ingreso de los niños es a las 8:30, tanto para jardín como para primaria. Se da el encuentro entre los maestros, claro, son dos Tantes o Seños de jardin y ......de primaria.
Me presento, ya sabían de mi y de mi llegada. Allí Gladys, maestra del tercer grado me invita a observar su hora de rítmica.
Ronda, son 28 las familias que forman la humilde comunidad de Dandelión. Son pocos los niños también por algunas bajas por enfermedad. Tercer grado sale en fila hacia su aula, yo les sigo.
Me siento atrás para no encomodarles, sacan sus flautas y tocan uno a uno sus notas. Hacemos una ronda y de a pie van recitando varios trabalenguas que ya sabían. Caminamos, giramos, nos tomamos las mancos. Soy bienvenido en este caso por Milagros y Matías, dos hermosos niños, que con mirada cristalina ponen sus ojos sobre mi.
Jugamos, hacemos rítimca con las palmas y vamos girando el lugar para así estar con todos. Puedo percatarme de la temperatura de las manos de todos los niños y observar su postura corporal, el tamaño de sus cabezas.
Se da el recreo, llueve, lo hacen adentro.
Germán me invita a participar con sus alumnos de la construcción de adobe que están realizando en uno de los balcones que hay en el parque de la Escuela. Con gusto les acompaño, vine a eso.






Pala en mano, barro en los pies, algo de paja y los niños haciendo los ladrillos que serán utilizados por ellos mismos para construir su casa.
Volvemos al aula, el día escolar va llegando a su final.
Nos despedimos, hacemos la estrella y nos saludamos, recibo el regalo de Valentina, hermoso souvenir de este paso por Dandelión.
Mañana sábado, si el clima lo permite, fiesta de la primavera a la que estoy invitado.
Hasta pronto

5 comentarios:

  1. Me encanta... yo también quiero.....

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  2. Muy bello el relato y las vivencias, infinitas gracias!

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  3. Recién se de estas escuelas... Que maravilloso, ojalá que los padres todos pudieran y quisieran mandar a estos colegios a sus hijos.... Es allí donde una persona comienza a valorarse por lo que es y puede volcar su rendimiento y su potencial a la sociedad... Felicitaciones por este colegio.

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    1. Hablo desde la experiencia personal, soy alumno de ese colegio. No te preparan para nada, horriblemente bajo el nivel educativo, es malo al lado de un colegio público, para que se den una idea. Todo muy bonito y agradable, pero salís de ahí y todo te cuesta el doble por el bajo nivel de educación que dan con respecto a matemáticas y materias "duras".

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  4. Hola vivo en Saldan. Soy Profesora de Educación física. Cómo se hace para entrar a trabajar allí? Gracias

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