Villa Las Rosas, Traslasierra, Escuela Waldorf, El Trigal

Llegado a Ciudad de Córdoba, ya tengo pasaje a Las Rosas, Cleta embalada. Pronóstico climático: Lluvia, piedra, viento.


Camino sinuoso, elevado, gran velocidad del chofer. Quiero llegar sano hermano, afloja al acelerador y comenzá a utilizar el freno. A modo de buen copiloto que cuando llega la curva comienza a bombear el pedal del freno imaginario que tiene bajo su pie derecho, pero nada sucede. Intento retomar mi lectura, es imposible, me mareo, quiero llegar sano.
El Champaquí, divide los valles, a modo del Piltriquitron en El Bolsón, este hace lo suyo.
Ya oscuro al llegar, me encuentro con la Hostería donde iba a alojarme, cerrada. No porque estaba momentaneamente cerrada, sino que cambiaron de rubro. Alegría, desconcierto, dónde me quedo?, llamo a Frank (creador del Seminario Central dentro de varias cosas y ex maestro del mismo) me facilita algunos teléfonos: nada.
En la estación me encuentro con un hombre observando mi Cleta: qué onda?, solo la observaba y le intrigaba cómo la habia doblado de esa manera. Le cuento y al oirle, percibo que es mexicano, mi cuate, Cabral, al oir que no tengo donde parar me ofrece su humilde habitación. Namaste Cabral.
Ya había hablado con mi querido amigo Ricardo Garcia Rubio, padre de Juana, gracias a ello, me vuelvo a comunicar y le espero en la estación de Villa Las Rosas.
Me lleva a San Javier, llego de noche, pero veo un lugar bello, como si fuese un pueblo del norte del país, un pueblo salteño, colonial. Este pueblo queda camino a Merlo, provincia de San Luis. A unos 15km de Las Rosas. Ya había hablado con unos conocidos para hosperdarme en un Hospedaje Familiar. Dejamos las cosas allí y vamosa cenar a Kichilo, que lugar.






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